jueves, 3 de septiembre de 2009

La vuelta al trabajo, animo!



Dentro de 4 días vuelvo a la vida normal, es decir, a trabajar, hace un tiempo leí un articulo sobre como afrontar el retorno de vacaciones que quiero compartir con vosotros.. Cuando volvamos el primer día posiblemente nos vamos a encontrar con toneladas de cosas con las que ponernos al día. Esto puede causar en nosotros un estrés nada beneficioso que puede hacer que la vuelta al trabajo sea más dura de lo que debería ser, sin embargo, si seguimos unas pautas básicas, podemos volver de las vacaciones y no morir en el intento.

Lo primero que debemos hacer al ver la cantidad de trabajo que tenemos es no agobiarnos, muchas veces lo que tenemos delante es mucho menos de lo que parece y podemos sacarlo de delante en un par de días si nos organizamos y nos esforzamos.

Lo segundo que debemos hacer es fijarnos una rutina de trabajo, algo similar a lo que nos recomienda la filosofía Zen to Done pero adaptado a sacarnos de encima el trabajo y aplicando los métodos de productividad a los que estemos más acostumbrados. Si somos unos adictos al GTD, el método de David Allen nos vendrá de perlas, aunque si no estamos demasiado acostumbrados y vemos que clasificar las tareas no nos va a resultar últil ni eficiente en estos momentos (a mí me ocurre), podemos optar por realizar una lista To-Do( la aprendir en el Master) , es decir, una lista de las cosas que tenemos que hacer.

A mí la lista To-Do me resulta particularmente útil en estos casos, me ayuda a enumerar todas las tareas que tengo que hacer y clasificarlas según su importancia o urgencia. No me atrevo a decir que es el mejor método para organizarse tras la vuelta de las vacaciones, pero es sin duda el más sencillo, rápido y sin necesidad de adaptación que podemos encontrar.

Aparte de buscar una manera de organizarnos lo que debemos hacer también son abundantes descansos mientras estamos trabajando. Al volver de vacaciones es normal que nos agobiemos por estar todo el rato sentado o haciendo lo mismo, ya que hemos estado unos días desconectando de algo a lo que estábamos acostumbrados y cuesta volver a la rutina. Estos descansos deben ser frecuentes y cortos, que nos sirvan para despejar la cabeza y respirar pero que no sean una excusa para caer en la vagancia o procrastinar (de ahí la frecuencia y el tiempo). Si podemos salir a tomar el aire, mejor que mejor.

Volvamos a nuestro horario habitual lo antes posible. En vacaciones solemos acostarnos a las tantas y levantarnos cuando el cuerpo lo pide, algo que sienta muy bien en nuestros días libres pero que mata a nuestro cuerpo al no tener una regularidad. Nada más volvamos de vacaciones debemos volver a nuestro horario habitual, para así acostumbrar a nuestro cuerpo a dormir en las horas normales y en su justa medida.

Y como consejo final, recomiendo tener paciencia y tranquilidad, ya que aunque es algo difícil de encontrar en estas situaciones, si nos tomamos las cosas tranquilamente y con paciencia, el trabajo saldrá solo poco a poco. Aún así, cada maestrillo tiene su librillo y cada uno puede tener un método que se adecua a sus necesidades para volver de las vacaciones.

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